domingo, 5 de junio de 2011

Evauación de la Fase III Esquemas de Diseño Arquitectónico, Taller de Proyectos IV.

Todo comenzo de una manera sorpresiva y con la sensación de un nudo en la garganta, tratamos de saber de que se trataba y nadie podía decirnos nada que satisficiera nuestras interrogantes.
Y nos sentamos esperando cual sería la dinámica, y luego... las palabras que me hicieron temblar de pies a cabeza... "EVALUACIÓN", y la pregunta del millón, ¿Quien comienza?, me moría por alzar la mano para acabar con mi agonía, y solo pude susurrar... Tengo miedo.



Preparándonos para la evaluación, a la espectativa de no saber que es lo que pasará, repasando una y otra vez lo que queríamos decir, y al final... nos quedábamos atónitos, por que lo que habíamos pensado, no lo pudimos decir.


La primera compañera paso a la exposición de su proyecto, escuchaba y no escuchaba,  quería entender, pero no entendía, trate de repasar las cosas que diría en el momento de mi turno, y después, deje  de hacerlo, mi proyecto tenía que salir de mi interior, llamese estómago, o corazón, llamese cerebro o pensamiento, y sentía las enormes ganas de correr y al final me di un respiro, el respiro más profundo que llego hasta lo más recóndito de mi ser.
La dinámica consistía en que al terminar de exponer, te hacen una pregunta con respecto a tu proyecto a la cual tu tienes que responder, posteriormente expone el que el que planteo la primera pregunta, y así sucesiva mente.


Visitando las otra láminas, admirando el trabajo de nuestros compañeros, platicando sobre el tema, y aún con los nervios al menos en mi caso... de punta.



Lo más curioso, es que al saber que es una evaluación tendemos a mirar para otro lado para no pasar, y cuando ya quieres hacerlo te da miedo el futuro inmediato.

Acabando de pegarlas, y mirando a todas partes, para saber que haríamos, como empezaríamos, quien nos criticaría, quien nos daría un visto bueno, a cuantos nos faltaba aprender a dibujar.

Alguna láminas con esa sazón de color, de un buen dibujo y las ganas de trabajar.





Mi turno... alzé la mano para hacerle una pregunta a mi compañera sobre cómo haría para que el agua no se estancara en una parte del proyecto a la cual respondió de una manera satisfactoria, y en ese momento era yo quien tomaba la palabra para dar a conocer lo que para mi significa esta Escuela Superior de Música. Comencé con mi voz temblorosa, la cual continuó hasta el final, solo que entonces con mayor seguridad, expliqué primero mi concepto "HORIZONTES", no son horizonte normales, es el tipo de horizontes donde hay cultura, donde hay gente indígena, donde hay danza, pintura, tejido, pero sobre todo la música en una misa oaxaqueña, en la representación de la Guelaguetza, en las fiestas patronales, en un entierro, el sentimiento que hay en cada pieza musical. Un espacio espiritual, con la abstracción de la virgen de Santa Cecilia, sabiendo que mucha gente no es católica y a la que le gusta tocar un instrumento; un patio principal en donde se lleve a cabo la vida de mi proyecto, pensar no solo en un edificio con una linda fachada, pensar en lo funcional que debe ser, vivir y sentir el espacio.
 Los nardos como parte importante de mis jardines, el como los estudiantes esperarán a que florescan al final del verano, por que al llegar su esplendor sabrán que su conocimiento ha crecido desde el tallo llenándose de hojas verdes de sabiduría, llegando a un fruto precioso... el conocimiento universal, y cuando los nuevos estudiantes vallan a visitar las instalaciones les den ganas de regresar y estudiar ahí, de sentir el mundo de las ideas  y del conocimiento absoluto en la materia que emana de cada espacio arquitectónico, de cada área verde del agua que tira música a borbotones; Y al ir a la biblioteca puedan leer escuchar las partituras del mundo reflejado en los paisajes, que no sientan un espacio encerrado, y puedan darse un profundo respiro con la esperanza de que esas montañas los inspiren para escribir el pentagrama de su vida, y al llegar a este universo de notas su visión sea completa; Sentir en cada aula que la vida surge en cada sonido que deja grabado en el viento; mirar al cielo en un circulo inserto en un cuadrado que de la sensación de infinidad de querer fugarse hasta las estrellas y a aquella misteriosa nebulosa llena de obscuridad y de luz estelar a la vez; y al introducirse al conjunto cuando el agua baja de una manera excepcional cuando la analogía de lo ya hecho se vuelve aún más interesante por el simple hecho de complementarse con la música que protege, con las gotas que resbalan de dos canales que solo te permiten ver una parte del gran follaje de  instrumentos musicales.
Y dibujé en una lámina en limpio, lo que yo quería que los demás entendieran, rayé las láminas que hice con mucho esfuerzo, por que el hecho es que no vale de nada conservarlas tal como están, por que no me importa lo estético, me importa el hecho de que se entienda lo que yo quiero que entiendan.






Las láminas que son la síntesis de mi trabajo, de mis desvelos y de mis frustraciones.


Y es aquí... donde mi proyecto tiene vida, donde mi proyecto no es solo funcional, racional, contemporáneo, minimalista, brutalista, es más que solo una tendencia arquitectónica... es para mí más que solo eso, es la Música que hace que mi corazón lata y se detenga al mismo tiempo, lo que le da razón de mi existencia en este momento.
Al final de todo, una pregunta que me hizo rabiar... ¿Cómo planeas integrar tus áreas verdes al proyecto?
wow, difícil pregunta, por que como arquitectos, a mi parecer no hay que integrar nada a mi proyecto, por que es mi proyecto quien trata de integrarse a las áreas verdes, al terreno, y a pesar de ser un volumen, tiene razón de ser; contesté con voz fuerte y decidida..tal vez no con las mismas palabras; luego escuche comentarios que decían que yo no podía hacer eso por que es como si no me importaran las áreas verdes, como si fuera lo que hubiera sobrado del terreno, y creo que no me expliqué bien, por que el hecho es que jamás dije que mis áreas verdes no tendría arquitectura por que es obvio que la tendrán, son ellas quien darán vida en el patio principal, en la planta de tratamiento de aguas residuales, es ella quien da  a los estudiantes las ganas de trabajar, escuche cuando decían que tenemos que hacer arquitectura con ellas, ¿Pero... qué arquitectura?, si la misma naturaleza es la más pura arquitectura que hay, ella sabe del por que de los riscos gigantes, del por qué una duna en el desierto, es ella la que sabe el lenguaje universal... Es cierto que trataré de maquillarlas un poco más, para que queden aún más bellas, pero jamás son un sobrante de nada, y fue un error muy grande no referirme a ellas, el cual reconozco, y también  reconozco que aunque contesté enojada  ala pregunta no fue por mala educación, fue el momento en que la adrenalina estaba al 100% en mí y quería que todos sintieran esa emoción por mi proyecto.



Y al final de todo... el premio gordo, la leyenda "Procede a Fase IV"
Y al final de todo... lo que más quería en ese momento, el proceder a la próxima fase de Anteproyecto, y las lágrimas que mis ojos no quisieron guardar, pero que se hacían evidentes, lágrimas de saber que ya estoy entendiendo esta complicada arquitectura, de los desvelos, de las ganas de salir corriendo, huir del estres, de dejar todo y desistir de lo que comienzo a amar, quería llorar por que... "SI PUEDO" y por que en ese momento, yo deje de decirme a mi misma que no lo lograría.


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